En algún lugar del mundo ahora mismo una persona una persona está creando un dispositivo que promete revolucionar el mundo. Todos estamos esperando la próxima tecnología que revolucione nuestro mundo. Es cierto que no ocurre de la noche a la mañana y en gran medida esto depende del desarrollo de nuevos materiales y el aprovechamiento de todas sus propiedades. No se puede nombrar un sólo avance tecnológico de la humanidad que no requiera de nuevos materiales. Tal vez la parte más complicada de superar es encontrar el material idóneo para construir tecnología.
Las personas que dedicaron su vida al desarrollo de motores de combustión interna se enfrentaron al problema de que los materiales de la época no toleraban los esfuerzos térmicos que se producían con el uso de estos. Hay unas pequeñas piezas llamadas bujías que en el caso particular del los motores ciclo Otto son las que se encargan de proporcionar la chispa dentro del proceso. No obstante, no hace mucho no eran fáciles de fabricar precisamente por el material cerámico que las recubre. Así que cuando los electrodos se llenaban de hollín, se limpiaban en una máquina especial que usaba arena.
Ahora pensemos en la industria aeronáutica. En sus inicios, el vuelo no era posible porque no se comprendía del todo el fenómeno y los aparatos que se construían eran muy pesados. Leonardo Da Vinci observó y describió en multiples ocasiones el vuelo de las aves. La anatomía de las aves revelaba que sus huesos eran muy ligeros. Con esta idea se construyeron las primeras aeronaves, básicamente usando maderas y telas. Las guerras mundiales llevaron a la aeronáutica al siguiente nivel y los metales entraron a escena. Por ejemplo, el aluminio es un metal con propiedades muy especiales y lo que lo hace atractivo para muchas industrias es su baja densidad. Por sí solo no tiene la suficiente resistencia para soportar altas cargas pero para ese momento ya se habían descubierto métodos para hacerlo más resistente, como crear aleaciones. Incluso al extraer los minerales de las ya vienen combinados.
Últimamente ya no es suficiente la tecnología de aleaciones. En la actualidad, los desarrollos aeroespaciales exigen materiales muy ligeros y que toleren mucho esfuerzo. Los materiales compuestos son los que han hecho posible que las maravillas tecnológicas más avanzadas vuelen. Lo más interesante es que algunas de estas ideas ya estaban siendo aplicadas por la naturaleza. En los materiales compuestos existen conceptos como la estructura panal, la de tipo sandwich (en alguna entrada futura hablaremos de esto a fondo). Así que en algún lugar del mundo existe alguna idea que podemos copiar de la naturaleza.
¿No te parece que la imagen de abajo luce similar a una de las torres de Dubai?
Las personas que dedicaron su vida al desarrollo de motores de combustión interna se enfrentaron al problema de que los materiales de la época no toleraban los esfuerzos térmicos que se producían con el uso de estos. Hay unas pequeñas piezas llamadas bujías que en el caso particular del los motores ciclo Otto son las que se encargan de proporcionar la chispa dentro del proceso. No obstante, no hace mucho no eran fáciles de fabricar precisamente por el material cerámico que las recubre. Así que cuando los electrodos se llenaban de hollín, se limpiaban en una máquina especial que usaba arena.
Ahora pensemos en la industria aeronáutica. En sus inicios, el vuelo no era posible porque no se comprendía del todo el fenómeno y los aparatos que se construían eran muy pesados. Leonardo Da Vinci observó y describió en multiples ocasiones el vuelo de las aves. La anatomía de las aves revelaba que sus huesos eran muy ligeros. Con esta idea se construyeron las primeras aeronaves, básicamente usando maderas y telas. Las guerras mundiales llevaron a la aeronáutica al siguiente nivel y los metales entraron a escena. Por ejemplo, el aluminio es un metal con propiedades muy especiales y lo que lo hace atractivo para muchas industrias es su baja densidad. Por sí solo no tiene la suficiente resistencia para soportar altas cargas pero para ese momento ya se habían descubierto métodos para hacerlo más resistente, como crear aleaciones. Incluso al extraer los minerales de las ya vienen combinados.
Últimamente ya no es suficiente la tecnología de aleaciones. En la actualidad, los desarrollos aeroespaciales exigen materiales muy ligeros y que toleren mucho esfuerzo. Los materiales compuestos son los que han hecho posible que las maravillas tecnológicas más avanzadas vuelen. Lo más interesante es que algunas de estas ideas ya estaban siendo aplicadas por la naturaleza. En los materiales compuestos existen conceptos como la estructura panal, la de tipo sandwich (en alguna entrada futura hablaremos de esto a fondo). Así que en algún lugar del mundo existe alguna idea que podemos copiar de la naturaleza.
¿No te parece que la imagen de abajo luce similar a una de las torres de Dubai?
Comentarios
Publicar un comentario